El poder, lo poderoso, lo inalcanzable, está en nosotros mismos, encontrarlo te hará humilde.
El poder tiende a corromper, el poder absoluto corrompe absolutamente.
Con un poder absoluto hasta a un burro le resulta fácil gobernar.
El hombre que puede, es rey.
Cuidado con el hombre que habla de poner las cosas en orden. Poner las cosas en orden siempre significa poner las cosas bajo su control.
Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas.
Todo lo desconocido se supone maravilloso.
De lejos es mayor el respeto.
Cuando gozamos de salud, fácilmente damos buenos consejos a los enfermos.
En un espíritu corrompido no cabe el honor.