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El mal no está en tener faltas, sino en no tratar de enmendarlas.
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Fijarnos metas, trabajar para conseguirlas, un día tras otro, y finalmente alcanzarlas es la llave de la felicidad en la vida. La fijación de metas tiene tanta fuerza que el acto mismo de pensar en ellas hace que nos sintamos dichosos, incluso antes de haber dado el primer paso para conseguirlas
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Una persona con un talento medio, ambición y educación, puede superar al más brillante genio de nuestra sociedad, si tiene sus metas claras y bien centradas
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Programe su paz mental como la meta básica y organice su vida alrededor de ella
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