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Él, y sólo Él, escucha cuando nada nos responde
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Los sentimientos de mi pequeñez y mi nada me mantuvieron siempre en buena compañía
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El Señor nos ha dado muchos días de sol y ligera brisa, días en los que la pesca fue abundante, pero también momentos en los que las aguas estuvieron muy agitadas y el viento contrario, como en toda la historia de la Iglesia y el Señor parecía dormir
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Os bendigo en mi vida y después de mi muerte, en cuanto puedo y más aún de lo que puedo, con todas las bendiciones con que el Padre de las misericordias bendijo a sus hijos e hijas y los bendecirá en el cielo y en la tierra. El Señor esté siempre con vosotras y vosotras estéis siempre con Él
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Estar en compañía no es estar con alguien, sino estar en alguien