La mediocridad es excelente en los ojos de los mediocres.
Lo que nunca deseo, ni siquiera en los peores momentos, es un estado intermedio entre lo bueno y malo, una especie de término medio tibio y soportable. No, preferible exagerar el arco -mejor un martirio aún peor y en compensación los momentos felices tanto más esplendorosos.
Frente a la muchedumbre, los mediocres son los más elocuentes.
La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.
Los espíritus mediocres suelen condenar todo aquello que está fuera de su alcance.
Las gentes que a nada aspiran, nada arriesgan y para nada sirven. Ese es mi lema
La vida es demasiado corta para dar satisfacción al rencor
Me apresuro a reírme de todo, para no verme obligado a llorar
Saber hacer vale más que saber
En materia de amor, demasiado es todavía poco