Los vicios vienen como los pasajeros, nos visitan como húespedes y se quedan como amor.
Ha sido mi experiencia que gente que no tiene vicios tiene muy pocas virtudes.
Cuando los vicios nos dejan, nos envanecemos con la creencia de que los hemos dejado.
Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
Es más costoso alimentar un vicio que criar dos hijos.
El sabio no enseña con palabras, sino con actos.
Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe.
La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.
El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.