Ni siquiera un dios puede cambiar en derrota la victoria de quien se ha vencido a sí mismo.
La victoria es por naturaleza insolente y arrogante.
La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva.
La victoria y el fracaso son dos impostores, y hay que recibirlos con idéntica serenidad y con saludable punto de desdén.
Averguénzate de morir antes de haber conseguido alguna victoria para la humanidad.
¿Dónde empieza la boca? ¿En el beso? ¿En el insulto? ¿En el mordisco? ¿En el grito? ¿En el bostezo? ¿En la sonrisa? ¿En el silbo? ¿En la amenaza? ¿En el gemido? "Que te quede bien claro. Donde acaba tu boca. Ahí empieza la mía.".
No te rindas, por favor no cedas Aunque el frío queme Aunque el miedo muerda, Aunque el sol se esconda, Y se calle el viento, Aún hay fuego en tu alma Aún hay vida en tus sueños.
Uno no siempre puede hacer lo que quiere... Pero siempre tiene el derecho de no hacer lo que no quiere.
El perdón es un puñado de sentimientos que a veces nos acaricia cuando el alma llora.
Yo amo, tú amas, el ama, nosotros amamos, vosotros amáis, ellos aman. Ojalá no fuese conjugación sino realidad.