La perversión y la desidia del espíritu corren parejas con las del cuerpo.
El espíritu gobierna el universo.
Si el espíritu es un atributo divino, una existencia conforme al espíritu será verdaderamente divina.
El cuerpo humano no es más que apariencia, y esconde nuestra realidad. La realidad es el alma.
Con el espíritu sucede lo mismo que con el estómago: sólo puede confiársele aquello que pueda digerir.
Las matemáticas son una gimnasia del espíritu y una preparación para la filosofía.
El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.
Sólo hay un bien, el conocimiento; sólo hay un mal, la ignorancia.
El amigo ha de ser como el dinero, que antes de necesitarlo, se sabe el valor que tiene.
Cuatro características corresponden al juez: Escuchar cortésmente, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.