El alma desordenada lleva en su culpa la pena.
Hay un remedio para las culpas, reconocerlas.
Los sentimientos de culpa son muy repetitivos, se repiten tanto en la mente humana que llega un punto en que te aburres de ellos.
Como en las deudas, no cabe con las culpas otra honradez que pagarlas.
Echó afuera esa imperiosa necesidad de culpar a los otros, que es patrimonio específico de los corazones inferiores.
Si no tienes planes propios para tu vida, estarás condenado a ser parte de los planes de otra persona
Piense constantemente en lo que quiere, no en las cosas que teme
La capacidad de tomar decisiones es una característica de los hombres y mujeres de alto rendimiento. Casi cualquier decisión es mejor que no tomar ninguna decisión en absoluto
Desarrolla una actitud de gratitud, da gracias por todo lo que te sucede, sabiendo que cada paso que das te va a llevar a lograr algo mejor
Las tres “C” del liderazgo son: Consideración, Cuidado y Cortesía. Sea educado con todos