La vida no merece que uno se preocupe tanto.
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
La vida es un aprendizaje para someternos a constantes renunciaciones, al fracaso continuado de nuestras pretensiones, de nuestras esperanzas, de nuestras facultades, de nuestra felicidad.
La vida resulta deliciosa, horrible, encantadora, espantosa, dulce, amarga; y para nosotros lo es todo.
Vida sin fiestas es como largo camino sin posadas.
La perfección no consiste en la multitud de cosas hechas, sino en el hecho de estar bien hechas
Para tender a la perfección, hay que revestirse del Espíritu de Cristo
A cada enfermo se le dará el pan que necesite
No podemos asegurar mejor nuestra felicidad que viviendo y muriendo en el servicio de los pobres
El ruido no hace bien; el bien no hace ruido