Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
Te quiero no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo.
Sólo porque alguien no te ame como tu quieres, no significa que no te ama con todo su ser.
Recordar es fácil para el que tiene memoria. Olvidar es difícil para el que tiene corazón.
No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad.
El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.