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Cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles. Cuando los hombres son corruptos, las leyes son rotas.
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Cuando advierta que para producir necesita obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican, no bienes, sino favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo protegen contra ellos sino, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un autosacrificio, entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad está condenada.
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Sean capaces de sentir en lo más profundo cualquier injusticia, cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, pués es la cualidad más linda de un revolucionario.
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El talento puede dar prestigio, el valor puede dar soldados, la tiranía puede dar esclavos, pero sólo la justicia puede dar la fuerza.
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Juzga a un hombre cuando te hayas puesto en su lugar.