Todo lo que trabaja para el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra.
Por exceso de sabiduría el sabio se vuelve tonto.
Más sabe el diablo por viejo que por diablo.
Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano.
La máxima especialización equivale a la máxima incultura.
La igualdad en la riqueza debe consistir en que ningún ciudadano sea tan opulento que pueda comprar a otro ni ninguno tan pobre que se vea necesitado de venderse.
Todas las pasiones son buenas cuando uno es dueño de ellas, y todas son malas cuando nos esclavizan.
Las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir. Y se terminan sin saber lo que se ha dicho.
La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras.
Pueblos libres, recordad esta máxima: Podemos adquirir la libertad, pero nunca se recupera una vez que se pierde.