Saber envejecer es la obra maestra de la cordura y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir.
Vieja madera para arder, viejo vino para beber, viejos amigos en quien confiar, y viejos autores para leer.
La edad madura es aquella en la que todavía se es joven, pero con mucho más esfuerzo.
Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena.
¡Envejece conmigo! Lo mejor está aún por llegar.
Economía no es avaricia, antes bien, es virtud el guardar para los tiempos calamitosos, aun cuando no sea sino en consideración a los herederos
Quien bien quiere bien obedece
El azote pasó. Los grandes criminales deben ser condenados inexorablemente; los secuaces y ciegos instrumentos, generosamente perdonados
Si es necesario morir porque digo la verdad aquí estoy: las amenazas no bastan, deben verificarse; ¿acaso es amable la vida cuando se la vive tan odiosa?
Hagamos una guerra de virtudes si es posible, procurando cada cual superar al enemigo en honradez, buena fe, magnanimidad