La literatura no es un pasatiempo ni una evasión, sino una forma, quizá la más completa y profunda, de examinar la condición humana.
Escribir para niños es un don, como la poesía, que no está al alcance de cualquiera.
Yo en todos los libros acostumbro a leer el prefacio, porque a veces suele ser lo mejor de la obra.
Un pueblo sin literatura es un pueblo mudo.
No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
Quien no es capaz de desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo encadenado.
El trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse.
Los traicioneros son siempre desconfiados
Si diéramos a la comida, la alegría y las canciones más valor que al oro, este sería sin duda un mundo más feliz
Las hazañas no son menos valerosas porque nadie las alabe