El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y finalmente no dice nada.
Me pinto el cabello de negro para los encuentros amorosos, y de blanco para las reuniones de negocios
No hay cosa que cause más daño que pasar por inteligente la gente astuta
Tonto como un zorro
Jamás persona alguna de humilde estado ha ganado gran poder sólo por medio de la fuerza, pero sí sólo con la astucia
Hay quien tiene el deseo de amar, pero no la capacidad de amar.
Cuando era joven leía casi siempre para aprender; hoy, a veces, leo para olvidar.
Si un hombre cualquiera, incluso vulgar, supiera narrar su propia vida, escribiría una de las más grandes novelas que jamás se haya escrito.
Temo a un solo enemigo que se llama, yo mismo.
Quiero saberlo todo. Y siempre me encuentro como antes, triste como la vida y resignado como la sabiduría.