La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo.
Las bases indispensables de la sociedad son el ocio y el lujo.
Las razas laboriosas encuentran una gran molestia en soportar la ociosidad.
El sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación.
Es siempre a costa del propio reposo que se intenta turbar el ajeno.
La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo.
El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.
Si el hombre alcanzara la mitad de los deseos que tiene, redoblaría sus inquietudes.
Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.