La paciencia es atender al tiempo del otro, en la plena conciencia de que se vive el tiempo en plural, con los demás, creando un evento de relación, de encuentro, de amor.
La paciencia es amarga, pero sus frutos son dulces.
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.
No confundas la paciencia, coraje de la virtud, con la estúpida indolencia del que se da por vencido.
Paciencia: forma menor de desesperación disfrazada de virtud.
La fortuna es como un vestido: muy holgado nos embaraza, y muy estrecho nos oprime.
Nada hay tan dulce como la patria y los padres propios, aunque uno tenga en tierra extraña y lejana la mansión más opulenta.
Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra.
Dejemos que el pasado sea el pasado.
Llevadera es la labor cuando muchos comparten la fatiga