La rectitud de conducta y la reputación general de honradez recaban para sí mayor confianza y aprecio, y a la larga, por consiguiente, más ventajas, incluso materiales, que cualquier camino sinuoso.
La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones.
Llegará un día en que nuestros hijos, llenos de vergüenza, recordarán estos días extraños en los que la honestidad más simple era calificada de coraje.
Lo que las leyes no prohíben, puede prohibirlo la honestidad.
Las honestas palabras nos dan un claro indicio de la honestidad del que las pronuncia o las escribe.
El amor más puro y más fuerte no es el que sube desde la impresión, sino el que desciende desde la admiración.
No se queje de la crítica. Si es falsa, no haga caso pero no se enfade. Si es fruto de la ignorancia, ríase; si está justificada, no es crítica: aprenda de ella.
Un hombre es sabio mientras busca la sabiduría; si llega a creer que la ha encontrado, se convierte en idiota.
El ambicioso es un esclavo de lo que desea, el hombre libre es el que no desea nada.
Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años sólo arrugan la piel, pero el miedo arruga el alma.