En los pequeños detalles y cuando está desprevenido es cuando el hombre pone mejor de manifiesto su carácter.
El carácter es una voluntad fuerte dirigida por una conciencia tierna.
Cada uno tiene su carácter, aunque no lo ejerza.
El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias.
Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
A todo hombre le es concedido conocerse a sí mismo y meditar sabiamente.
Dios es día y noche, invierno y verano, guerra y paz, abundancia y hambre.
La enfermedad hace buena y agradable la salud, el hambre a la saciedad, el trabajo al reposo.
El camino recto y el rodeo son un único y mismo camino.
Los hombres despiertos no tienen más que un mundo, pero los hombres dormidos tienen cada uno su mundo.