Por mucho que conozca todos los misterios que enseña el apóstol, aunque posea toda la ciencia, si no tengo caridad, no soy nada.
La caridad es una virtud del corazón y no de las manos.
La manera de dar vale más que lo que se da.
La caridad comienza en mi casa, y la justicia en la puerta siguiente.
La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.
No hay poder que no venga de Dios.
A los puros todas las cosas les parecen puras.
Veo los peligros de la vida presente; peligro en el mar, peligro en la tierra y peligro en los falsos hermanos.
No te damos una sierva, sino una compañera.
La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta