El que callar no puede, hablar no sabe
Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina
La magia de la lengua es el hechizo más peligroso
La prueba de un predicador es cuando su congregación no sale diciendo "qué sermón más bonito", sino "haré algo"
Buen orador es aquel que se convence a sí mismo
Mal gobernante el que exprime al pueblo dándole poco a cambio
Una buena constitución es infinitamente mejor que el mejor déspota
Hasta tanto que los hombres no hayan permanecido libres durante algún tiempo, no saben cómo deben usar de su libertad