El que callar no puede, hablar no sabe
Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina
La magia de la lengua es el hechizo más peligroso
La prueba de un predicador es cuando su congregación no sale diciendo "qué sermón más bonito", sino "haré algo"
Buen orador es aquel que se convence a sí mismo
¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia.
Juzgamos mejores que los placeres muchos dolores porque se consigue para nosotros un placer mayor
Nada es suficiente para quien poco es lo suficiente
El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma
Retírate dentro de ti mismo, sobre todo cuando necesites compañía