El peor pecado contra el prójimo no consiste en odiarle, sino en mirarle con indiferencia. Ésta es la esencia de la humanidad.
No hay nada más duro que la suavidad de la indiferencia
La indiferencia endurece el corazón y es capaz de eliminar cualquier rastro de afecto
Si nadie se molesta por lo que dices es que no has dicho absolutamente nada
El peor pecado hacia nuestros semejantes no es odiarlos, sino tratarlos con indiferencia; esto es la esencia de la humanidad
Nuestros cálculos más peligrosos son aquellos que llamamos ilusiones
El honor de un pueblo pertenece a los muertos, los que viven sólo lo usufructúan