Quien siempre dice la verdad, puede permitirse tener mala memoria.
Si dudo, si me alucino, vivo. Si me engaño, existo. ¿Cómo engañarme al afirmar que existo, si tengo que existir para engañarme?
Sería necesario imponer esta regla: no repetir jamás una afirmación malévola sin verificar su contenido. Aunque es cierto que así nunca se hablaría de nada.
Un chisme es como una avispa; si no puedes matarla al primer golpe, mejor no te metas con ella.
Un buen mentiroso sabe que la mentira más efectiva es siempre una verdad a la que se le ha sustraído una pieza clave
La peor soledad que hay es el darse cuenta de que la gente es idiota.
La enseñanza se ha puesto muy complicada, y uno ya no sabía ni qué enseñar, ni cómo enseñar, ni a quién enseñar.
Cuando hay dinero de por medio es muy difícil la libertad.
Una buena mentira hay que contarla por etapas, como toda narración bien compuesta
La imaginación y el pensamiento no se encierran ni se encadenan