El mérito para los snobs es hacer siempre descubrimientos. Así han llegado al dadaísmo, al cubismo y a otras estupideces semejantes.
Sorprendernos por algo es el primer paso de la mente hacia el descubrimiento.
El verdadero viaje de descubrimiento no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener nuevos ojos.
Ninguna cosa despierta tanto el bullicio del pueblo como la novedad.
El que se pierde es el que encuentra las nuevas sendas.
La falsa felicidad vuelve duros y soberbios a los hombres, y no se comunica a otros. La felicidad verdadera los torna dulces y sensibles, y halla siempre manera de hacer nuevos participantes de ella.
Si nos bastase con ser felices, pronto lo conseguiríamos; pero queremos ser más felices que los demás, y ello es muy difícil, tanto más cuanto que consideramos a aquéllos mucho más felices de lo que en realidad son.
Cuando el infortunio se generaliza en un país, se hace universal el egoísmo. La mayoría de las desgracias son peores como amenaza que como realidad.
Feliz el pueblo cuya historia se lee con aburrimiento.
Cuando un gobierno dura mucho tiempo se descompone poco a poco y sin notarlo.