Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.
Creemos, sobretodo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.
Somos aquello en lo que creemos.
Para que el que cree no es necesaria ninguna explicación: para el que no cree toda explicación sobra.
¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?
Las cosas más bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse pero se sienten en el corazón.
Las personas no pueden ser desarrolladas en la sencillez y el silencio. Solo a través de probarse a si mismo y la experiencia del sufrimiento, puede ser el espíritu fortalecido, la ambición inspirada y el éxito conseguido
¡Qué interesantes y encantadores son los juegos del cielo, el agua y la tierra..., precioso espejo donde se refleja ese otro mundo más alto que es la meta de nuestra fe y sueños!
Aprovecha al máximo cada sentido, disfruta de todas las facetas del placer y de la belleza que el mundo te revela