Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
Jamás se conseguirá nada sin grandes hombres, y los hombres sólo son grandes si tienen la determinación de serlo.
Como los políticos nunca creen lo que dicen, se sorprenden cuando alguien sí lo cree.
El viento endereza el árbol después de haberlo inclinado
La autoridad no se entiende sin prestigio, ni el prestigio sin el distanciamiento
La base de nuestra civilización está en la libertad de cada uno, en sus pensamientos, en sus creencias, sus opiniones, su trabajo y sus ocios