Vive con tus inferiores de la manera que quisieras que tus superiores vivieran contigo.
Para hacerte agradable, debes ante todo olvidarte de ti mismo.
Sé amable, pues cada persona con la que te cruzas está librando su ardua batalla...
Rara vez se encuentra mucha amabilidad y agasajo en las personas que más nos quieren.
Para pasar por hombre amable basta con narrar bien y con no hablar nunca de sí mismo.
¿Cómo puedes llegar a conocerte a ti mismo? Nunca por la reflexión, sino esforzándote y tratando de cumplir tu deber, sabrás en seguida qué pensar de ti.
Vale más hacer la cosa más insignificante del mundo que estar media hora sin hacer nada.
La máxima infelicidad, como la máxima felicidad, modifica el aspecto de las cosas.
Saber no es suficiente; tenemos que aplicarlo. Tener voluntad no es suficiente: tenemos que implementarla.
El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas.