El diplomático es una persona que primero piensa dos veces y finalmente no dice nada.
Me pinto el cabello de negro para los encuentros amorosos, y de blanco para las reuniones de negocios
No hay cosa que cause más daño que pasar por inteligente la gente astuta
Tonto como un zorro
Jamás persona alguna de humilde estado ha ganado gran poder sólo por medio de la fuerza, pero sí sólo con la astucia
Más que un dolor para el mal que hemos causado, nuestro arrepentimiento es un temor del mal que nos pueda suceder
Mayor pereza invade nuestro espíritu que nuestro corazón
Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es inútil buscarlo en otra parte
Para saber bien las cosas, hay que conocerlas con todo detalle; y como los detalles son casi infinitos, nuestros conocimientos son siempre superficiales e imperfectos
La sinceridad es una efusión del corazón. Muy pocos la tienen; y la que ordinariamente vemos no es sino un refinado disimulo para ganar la confianza de los demás