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Hay quienes se consideran perfectos, pero es sólo porque exigen menos de sí mismos.
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El afán de perfección hace a algunas personas totalmente insoportables.
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Hemos de saber anticiparnos a encontrar lo cómico que haya en nosotros. Así podremos evitar que otros se burlen de nuestra escasa perfección.
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La perfección se logra al fin, no cuando no hay nada que agregar, sino cuando ya no hay nada que obtener.
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No tengo fe en la perfección humana. El hombre es ahora más activo, no más feliz, ni más inteligente, de lo que lo fuera hace 6000 años.