El que callar no puede, hablar no sabe
Proclama la Palabra, insiste a tiempo y a destiempo, reprende, amenaza, exhorta con toda paciencia y doctrina
La magia de la lengua es el hechizo más peligroso
La prueba de un predicador es cuando su congregación no sale diciendo "qué sermón más bonito", sino "haré algo"
Buen orador es aquel que se convence a sí mismo
La belleza vale más que cualquier carta de recomendación.
Las virtudes más grandes son aquellas que más utilidad reportan a otras personas.
Nuestro carácter es el resultado de nuestra conducta.
La felicidad reside en el ocio del espíritu.
El hombre es por naturaleza un animal político.