El valor de un acto realizado reside más en el esfuerzo por llevarlo a cabo que en el resultado.
Dios mío, dame el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, la serenidad para aceptar las que no puedo cambiar y la sabiduría para distinguir entre las dos.
El valor crece osando y el miedo vacilando.
Mejor es morir de una vez que vivir siempre temiendo por la vida.
A menudo la diferencia entre un hombre triunfador y un fracasado no son las mejores habilidades o ideas del primero, sino el valor que tuvo al apostar por sus ideas, afrontar un riesgo calculado y su voluntad de actuar.
El amor es más fuerte que la muerte, y la muerte es más fuerte que el olvido.
¡La ambición! Inmortal óleo divino con que Dios purifica el barro humano.
¡Siendo de dos una tristeza, ya no es tristeza, es alegría!
¡Que enmudezcan nuestras lenguas y empiecen a hablar las manos!
El mayor dolor del mundo no es el que mata de un golpe, sino aquel que, gota a gota, horada el alma y la rompe.