El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, cuando el peligro sobrepuja a la esperanza.
Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años sólo arrugan la piel, pero el miedo arruga el alma.
No es cobardía pesar las decisiones y vacilar cuando se trata de una resolución azarosa y más expuesta para los demás que para nosotros.
Nos envejece más la cobardía que el tiempo, los años sólo arrugan la piel pero el miedo arruga el alma.
Todo lo que insistes en ignorar de ti mismo, tarde o temprano te hará la vida imposible.
El peor pecado contra el prójimo no consiste en odiarle, sino en mirarle con indiferencia. Ésta es la esencia de la humanidad.
El amor hay que pedirlo. Es como un espíritu que no puede hablar antes de que se le haya dirigido la palabra. Todo amor en el mundo está deseando hablar, pero no se atreve porque es tímido, tímido, tímido. Esa es la tragedia de la vida.
Este es el verdadero disfrute de la vida; el ser utilizado para un fin que uno mismo reconoce como realmente valioso; ser una fuerza de la naturaleza en vez de un pequeño atado, febril y egoísta, de males y de quejas de que el mundo no se va a dedicar a hacerlo a uno feliz.
El hombre que escucha la razón está perdido. La razón esclaviza a todos los que no son bastante fuertes para dominarla.
El dinero no es nada, pero mucho dinero, eso ya es otra cosa.