Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad.
La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
El recuerdo del mal pasado es alegre.
Quien no es capaz de desprenderse de un tesoro en un momento de necesidad es como un esclavo encadenado.
El trabajo que nunca se empieza es el que tarda más en finalizarse.
Los traicioneros son siempre desconfiados
Creo que lo que llaman cuentos de hadas es una de las formas más grandes que ha dado la literatura, asociada erróneamente con la niñez
Si diéramos a la comida, la alegría y las canciones más valor que al oro, este sería sin duda un mundo más feliz