Cuando las leyes de la matemática se refieren a la realidad, no son ciertas; cuando son ciertas, no se refieren a la realidad.
Las matemáticas son el alfabeto con el cual Dios ha escrito el Universo.
Las matemáticas son una gimnasia del espíritu y una preparación para la filosofía.
Las matemáticas no mienten, lo que hay son muchos matemáticos mentirosos.
Ningún conocimiento humano puede ir más allá de su experiencia.
Los hombres olvidan siempre que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias.
El trabajo del maestro no consiste tanto en enseñar todo lo aprendible, como en producir en el alumno amor y estima por el conocimiento.
La esperanza de una felicidad eterna e incomprensible en otro mundo, es cosa que también lleva consigo el placer constante.
Tendríamos menos disputas en el mundo si se tomaran las palabras por lo que son, signos de nuestras ideas solamente, y no por ellas mismas