El patriotismo en el campo de batalla consiste en conseguir que otro desgraciado muera por su país antes de que consiga que tu mueras por el tuyo.
El que no ama su patria no puede amar nada.
Debemos amar a nuestro país aunque nos trate injustamente.
No reniego del patriotismo, pero primeramente soy un ser humano, y cuando ambas cosas son incompatibles, siempre le doy la razón al ser humano.
Aléjate presuroso de los que emplean el tiempo en repetir que son patriotas y viven del patriotismo de los demás.
Cuando el relativismo moral se absolutiza en nombre de la tolerancia, los derechos básicos se relativizan y se abre la puerta al totalitarismo.
Nos hemos de liberar de la falsa idea de que la fe ya no tiene nada que decir a los hombres de hoy.
Una fe que nosotros mismos podemos determinar, no es en absoluto una fe.
Cuando el hombre se aparta de Dios, no es Dios quien le persigue, sino los ídolos.
Allá donde la moral y la religión son reducidas al ámbito exclusivamente privado, faltan las fuerzas que puedan formar una comunidad y mantenerla unida.