Cuanto más honrado es un hombre más le cuesta sospechar que los otros no lo sean.
La honradez es siempre digna de elogio, aún cuando no reporte utilidad, ni recompensa, ni provecho.
La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos.
Más vale morir con honra que vivir deshonrado.
Aquel hombre que pierde la honra por el negocio, pierde el negocio y la honra.
Tres cosas distinguen al hombre superior: siendo virtuoso, está libre de ansiedad; siendo sabio, está libre de perplejidad; siendo valiente, está libre de temor.
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
Amar y reconocer al mismo tiempo los defectos de la persona amada; odiar y saber estimar las buenas cualidades de aquellos a quienes se odia, son dos cosas bastante raras de hallar bajo la capa del cielo.
El hombre más noble a todo se acomoda, aunque no sea obsequioso. El hombre inferior es obsequioso, pero no se acomoda a los demás.
Aprender sin pensar es trabajo perdido; pensar sin aprender es peligroso.