Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse.
En la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber.
Nada perturba tanto la vida humana como la ignorancia del bien y el mal.
La ignorancia genera confianza más frecuentemente que el conocimiento. Son los que saben poco, y no los que saben más, quienes afirman tan positivamente que este o aquel problema nunca será resuelto por la ciencia.
El malo lo es por ignorancia, y por tanto se cura de ello con la sabiduría.
¿Por qué contentarnos con vivir a rastras cuando sentimos el anhelo de volar?
Las cosas más bellas y mejores en el mundo, no pueden verse ni tocarse pero se sienten en el corazón.
Las personas no pueden ser desarrolladas en la sencillez y el silencio. Solo a través de probarse a si mismo y la experiencia del sufrimiento, puede ser el espíritu fortalecido, la ambición inspirada y el éxito conseguido
¡Qué interesantes y encantadores son los juegos del cielo, el agua y la tierra..., precioso espejo donde se refleja ese otro mundo más alto que es la meta de nuestra fe y sueños!
Aprovecha al máximo cada sentido, disfruta de todas las facetas del placer y de la belleza que el mundo te revela