Un país habrá llegado al máximo de su civismo cuando en él se puedan celebrar los partidos de fútbol sin árbitros.
Tengo dos problemas para jugar al fútbol. Uno es la pierna izquierda. El otro es la pierna derecha.
Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol.
Mucha gente piensa que el fútbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho más importante que eso.
El problema con los árbitros es que conocen las reglas, pero no conocen el juego.
La necesidad de tener razón: señal de espíritu vulgar.
La verdadera generosidad hacia el futuro consiste en entregarlo todo al presente.
El éxito es fácil de obtener. Lo difícil es merecerlo.
No ser amado es una simple desventura. La verdadera desgracia es no saber amar.
Puede que lo que hacemos no traiga siempre la felicidad, pero si no hacemos nada, no habrá felicidad.