Los tiranos no han descubierto todavía cadenas capaces de encadenar la mente.
Toda resolución que surja de una mente ofuscada lleva a la acción torpe; pero cuando brota de la mente clara, lleva a una acción más oportuna y diestra.
Nos imaginamos que nuestra mente es un espejo que refleja con cierta exactitud lo que sucede fuera de nosotros. Pero, por el contrario, nuestra mente es en sí misma el elemento creador principal.
Las mentes grandes discuten ideas; las medianas, cosas; y las pequeñas, personas.
La mente es como el agua, cuando está calmada y en paz, puede reflejar la belleza en el mundo. Cuando está agitada, puede tener al paraíso enfrente y no reflejarlo.
El sabio no enseña con palabras, sino con actos.
Observa todo lo blanco que hay en torno tuyo, pero recuerda todo lo negro que existe.
La perfección del que imparte órdenes es ser pacífico; del que combate, carecer de cólera; del que quiere vencer, no luchar; del que se sirve de los hombres, ponerse por debajo de ellos.
El hombre corriente, cuando emprende una cosa, la echa a perder por tener prisa en terminarla.
Lo que le da su valor a una taza de barro es el espacio vacío que hay entre sus paredes.