Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.
Creemos, sobretodo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.
Somos aquello en lo que creemos.
Para que el que cree no es necesaria ninguna explicación: para el que no cree toda explicación sobra.
La peor soledad que hay es el darse cuenta de que la gente es idiota.
La enseñanza se ha puesto muy complicada, y uno ya no sabía ni qué enseñar, ni cómo enseñar, ni a quién enseñar.
Cuando hay dinero de por medio es muy difícil la libertad.
La conducta humana no revela la verdad porque el hombre es un animal que miente
Una buena mentira hay que contarla por etapas, como toda narración bien compuesta