No se comprende absolutamente nada de la civilización moderna si no se admite antes que es una conspiración universal contra cualquier tipo de vida interior.
De la misma manera que ha habido estados-nación, habrá naciones-relación. De la misma manera que ha habido fronteras que separaban y diferenciaban, habrá fronteras que distinguirán y unirán, y que no distinguirán más que para unir.
Las ciudades son el abismo de la especie humana.
El camino de la civilización está pavimentado con envases de hojalata.
Como los individuos, las naciones nacen y mueren; pero la civilización no puede morir.