Quizá, el camino más directo para conquistar la fama sea el afirmar con seguridad y pertenencia y, por cuantos modos sea posible, el haberla conquistado.
Vuestra fama es como la flor; que brota y muere; y la marchita el mismo sol que la hizo nacer de la acerba tierra.
No se alcanza la fama reclinado en blanda pluma, ni al abrigo de colchas.
La fama trae la soledad. El éxito es tan frío como el hielo y tan poco hospitalario como el Polo Norte.
A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Luchar contra nuestro destino sería un combate como el del manojo de espigas que quisiera resistirse a la hoz.
El amor hallará su camino, aunque sea a través de senderos por donde ni los lobos se aventurarían a seguir a su presa.
El arte, la gloria, la libertad se marchitan, pero la naturaleza siempre permanece bella.
El hombre es un péndulo entre la sonrisa y el llanto.
Cuando la edad enfría la sangre y los placeres son cosa del pasado, el recuerdo más querido sigue siendo el último, y nuestra evocación más dulce, la del primer beso.