La ambición jamás se detiene, ni siquiera en la cima de la grandeza.
El esclavo sólo tiene un dueño; el ambicioso, tantos como personas le pueden ser útiles a su fortuna.
Aléjate de aquellas personas que tratan de empequeñecer tus ambiciones. Las personas siempre actúan así. Los realmente grandes te hacen sentir que tú también puedes ser grande.
El ambicioso es un esclavo de lo que desea, el hombre libre es el que no desea nada.
No seas desproporcionado en tus ambiciones. Pretende sólo aquello que puedas obtener con toda seguridad. Sitúate sólidamente en el puesto que te corresponde. Una persona en un puesto superior a su capacidad es un espectáculo deplorable.
Si hay victoria en vencer al enemigo, la hay mayor cuando el hombre se vence a sí mismo.
Serás lo que debas ser o no serás nada.
Una derrota peleada vale más que una victoria casual.
El que se ahoga no repara en lo que se agarra.
Mi mejor amigo es el que enmienda mis errores o reprueba mis desaciertos