Lo que empieza en cólera acaba en vergüenza.
La ira: un ácido que puede hacer más daño al recipiente en la que se almacena que en cualquier cosa sobre la que se vierte.
La ira ofusca la mente, pero hace transparente el corazón.
La ira es como el fuego; no se puede apagar sino al primer chispazo. Después es tarde.
La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos aún lo que decimos.
El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar.
Soy optimista. No parece muy útil ser otra cosa.
Las actitudes son más importantes que las aptitudes.
Evito siempre predecir de antemano, porque es mucho más fácil hacerlo a posteriori
Un optimista ve una oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad