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El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
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Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.
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Si las masas pueden amar sin saber por qué, también pueden odiar sin mayor fundamento.
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El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor.
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No desprecies a nadie: un átomo hace sombra.