El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.
Si las masas pueden amar sin saber por qué, también pueden odiar sin mayor fundamento.
El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor.
No desprecies a nadie: un átomo hace sombra.
Y yo ¿quién soy? nuestra respuesta no podrá revelar toda la verdad, la verdad entera, sino sólo una ínfima parte de la verdad. El hombre es algo tan rico, tan complejo, tan diverso y cambiante, que no existe palabra, frase, libro, nada que pueda describirlo y englobarlo en toda su extensión. El hombre no es algo duradero, eterno, absoluto, el hombre es perpetuo cambio, un cambio que suena orgulloso, ya lo sabemos.
Cualquiera que se tome demasiado en serio corre el riesgo de parecer ridículo. No ocurre lo mismo con quien siempre es capaz de reírse de sí mismo.
La primera pequeña mentira que se contó en nombre de la verdad, la primera pequeña injusticia que se cometió en nombre de la justicia, la primera minúscula inmoralidad en nombre de la moral, siempre significarán el seguro camino del fin.