Dime lo que crees ser y te diré lo que no eres.
Un hombre está dispuesto a creer aquello que le gustaría que fuera cierto.
Creemos, sobretodo porque es más fácil creer que dudar, y además porque la fe es la hermana de la esperanza y de la caridad.
Somos aquello en lo que creemos.
Para que el que cree no es necesaria ninguna explicación: para el que no cree toda explicación sobra.
La propaganda desvirtúa el producto que, vendido a voces, pierde el silencio de su calidad
El presente como punto de contacto entre la cosa y su imagen
La filosofía es la ciencia que complica las cosas que todo el mundo sabe
Para la ciencia no debe existir posibilidad de contradicción, y allí donde se presenta concluye el discurso científico
El ámbito iluminado por la ciencia está rodeado de un espacio en tinieblas tan extenso, que ha de parecer ridícula la pretensión de limitar la existencia al hábitat del conocimiento