Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
Somos el color de la tierra
En el suelo del tiempo, escribimos los garabatos que llamamos historia
No importa lo que está detrás de la máscara, sino lo que simboliza
Sí puedes aplastar a una guerrilla bien armada, pero a unos indígenas mal armados no
Después de todo, la cultura es como el café instantáneo, es decir, es soluble, desechable y, además, no es café