Prefiero los malvados a los imbéciles. Aquéllos, al menos, dejan algún respiro.
El mundo no está amenazado por las malas personas, sino por aquellas que permiten la maldad.
La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.
El recuerdo del mal pasado es alegre.
Es locura manifiesta vivir precariamente para poder morir rico.
El hombre feliz es más raro que un cuervo blanco.
La integridad del hombre se mide por su conducta, no por sus profesiones.
Haz de manera que seas tú admirado y no lo que te pertenece.
El mayor crimen es preferir la vida al honor y, por vivir la vida, perder la razón de vivir.